Con el verano llegan las altas temperaturas y las vacaciones, y le decimos hola a las sandalias, a los paseos por la playa, a la piscina… todos ellos son factores que pueden afectar a la buena salud de nuestros pies si no les hemos prestado la atención adecuada. Por suerte, siguiendo unas sencillas pautas podemos cuidarlos fácilmente, veamos algunos consejos de nuestros expertos que te ayudarán a recuperar su perfecto estado tras estos meses.
Las zonas de nuestros pies que sufren más «desgaste», en especial los talones, los laterales y el dedo gordo, tienden a secarse más fácilmente debido al roce. Por eso estas partes se protegen con una piel más gruesa, lo que a su vez provoca que sean aún más impermeables frente a la humedad que intentemos suministrarles externamente.
Una de las formas para eliminar las durezas es utilizar una lima de pedicura y limarnos las zonas donde tengamos la piel más, siempre con mucho cuidado. Una vez limados, usaríamos un exfoliante, como el Revitalizador con Aloe y Sales del Mar Muerto de Nails Factory, realizando un pequeño masaje sobre las zonas con durezas. Por último, retiramos el exfoliante sobrante con una toallita o con agua. Según el estado de la piel, es posible que haya que repetir el proceso varias veces hasta que la notemos nuevamente suave.
La hidratación es imprescindible para la buena salud de la piel de nuestros pies, que en verano se han visto expuestos a los efectos del sol, el agua de la piscina y de la playa, la arena… El mejor momento para repararlos es, precisamente, tras eliminar las durezas, ya que hemos limpiado la capa más superficial que dificulta la absorción de cualquier tratamiento. Para conseguirlo, aplicaremos una crema, loción o aceite hidratante con un masaje; también conviene repetirlo todas las noches. En Nails Factory contamos con la crema tratante de pies con Aloe, que proporciona una máxima hidratación para tus pies.
Las mujeres somos más propensas a sufrir una hinchazón de los pies y los tobillos, y este problema se agrava durante el verano. Esto se debe a que el calor dificulta el flujo de la sangre al dilatar los vasos. Es decir, la inflamación es –habitualmente– un problema de circulación.
Un baño de pies con agua fría y sal (podemos emplear la común o algún producto específico como las sales de Epsom) durante diez minutos nos ayudará a mejorarla, al igual que realizar alguna actividad física, especialmente nadar. También podemos darnos un masaje: un método sencillo consiste en hacer rodar una pelota de tenis con la planta con un movimiento de vaivén entre el talón y los dedos, procurando centrarnos en las áreas que se encuentren más tensas a la vez que respiramos profundamente, para relajar los músculos; hazlo estando sentada y alterna con cada pie.
La alimentación también puede afectar directamente al estado de nuestros pies. De hecho, esa misma hinchazón que provoca el calor también se ve fomentada por la sal y el azúcar: evita los ‘snacks’ y otros alimentos preparados, que suelen estar presentes como conservantes en cantidades excesivas.
Del mismo modo, mantenerse bien hidratada tomando líquidos de forma regular previene la inflamación además de ayudarnos frente a las altas temperaturas.
El calor hace que las sandalias sean la opción más cómoda y fresca durante los meses de verano, pero las que son totalmente planas y no se adaptan a la curvatura natural del pie causan, a la larga, que nuestra postura al caminar no sea la adecuada.
Siempre son preferibles a caminar descalzos, aunque estemos en la playa o en la piscina, ya que evitamos el riesgo a sufrir infecciones y heridas. Eso sí, debemos acordarnos de secarnos totalmente y no dejar los pies húmedos, así como emplear protector solar. Tampoco está de más llevar a mano alguna tirita por si sufrimos alguna rozadura.
En Nails Factory somos especialistas en manos y pies, por lo que te recomendamos que acudas a alguno de nuestros espacios y disfrutes de nuestros servicios de pedicura para que puedas presumir de pies estés donde estés.