Del mundo gris de la oficina al alegre colorido de un negocio propio
Lorena Merchán y su hermana y socia Gema, las nuevas franquiciadas de Nails Factory en Madrid (Calle de Arturo Soria, 187) provienen de una larga estirpe de comerciantes. No en vano, sus padres emigraron con sus respectivas familias a Madrid, donde se conocieron, y montaron una cadena de tiendas de alimentación.
«Mi hermana y yo, que veíamos desde pequeñas lo sacrificado que era, pensábamos que nunca nos dedicaríamos al mundo del comercio. Y sin embargo, aquí estamos ahora…», recuerda Lorena, quien sí va a estar al frente del negocio; en tanto que Gema continuará aún trabajando en una multinacional. «Al menos hasta que –si se dan bien las cosas– podamos abrir más centros. Tendrá que aguantar un poco más», bromea, mientras explica que el cambio de percepción sobre el comercio le llegó precisamente al trabajar durante años en la gestión de centros comerciales.
«Tuve otro punto de vista sobre el mundo del retail, y comencé a interesarme por él con una visión más inversora», explica, al tiempo que relata que aprovechaba la hora de comer, cuando visitaba las grandes superficies, para maquillarse las uñas en distintos Nails Factory, de la que es clienta desde los 21 años. Y no cualquier tipo de manicura y pedicura, sino colores alegres y algún que otro nail-art. «En realidad, el que me pillaba más cerca, porque pude comprobar que la calidad era la misma en todos, que es una de los grandes logros de esta enseña de franquicia».
Harta del mundo de la oficina, se empezó a proponer en serio el poner en marcha negocio propio. «Lo había intentado ya en 2018, pero sentí ese vértigo del asalariado ante la posibilidad de que algo salga mal y te quedes sin nada. Pero esta vez fue en serio. Como se suele decir, me repetí el mantra ‘ahora o nunca’». Y el mero contacto con la central la convenció de que detrás de la marca Nails Factory había «todo un equipo, una serie de departamentos que trabajan al unísono para hacernos la vida más sencilla a las franquiciadas: Expansión, Arquitectura, Producto, Formación, Informática…».
Así que después de una breve búsqueda de emplazamiento, que las llevó de Móstoles a Alcorcón, y de ahí al centro (Arganzuela) acabaron aceptando la propuesta de abrir en el barrio de Arturo Soria. Los nervios lógicos de la apertura del primer negocio tienen estos días previos un poco preocupada a Lorena Merchán, quien sin embargo asegura ser de las que piensan que “al final, todo sale”. Y concluye «¿Idea de montar algún otro? Por supuesto. Siempre que la actividad nos convenza, y la rentabilidad que podamos conseguir del negocio lo permita, ambas nos retiraremos gracias a Nails Factory».
De este modo este centro Nails Factory se une al resto de salones para uñas en Madrid con los que ya cuenta nuestra Franquicia y donde podrás encontrar la manicura más original y otros de nuestros servicios que tanto te gustan.