Quizás sólo pensemos en ellas cuando acudimos a hacernos una manicura, pero las cutículas tienen un propósito para la salud de las uñas: forman parte de nuestra piel y actúan de barrera protectora para la raíz de la uña (o matriz). De ahí la importancia de dedicarles el cuidado que se merecen.
Antes de que repasemos las técnicas más adecuadas para las cutículas, realmente nuestra primera explicación debe centrarse en identificarlas. De hecho, existe una confusión generalizada al respecto, y es habitual llamar cutícula a una zona de la uña que no lo es.
Concretamente, la cutícula es la capa de piel inerte que protege la raíz de la uña, sellando la separación entre ésta y el eponiquio, que es la franja de piel ubicada en la base. Lo vemos más claramente en el diagrama:
Al contrario que la cutícula, el eponiquio está formado por células vivas, por eso es importante no realizar ningún tratamiento sobre el mismo que pueda dañarlo. Sí se puede presionar con suavidad para tener acceso a la cutícula, por ejemplo, empleado un empujador de madera.
Teniendo esto en cuenta, veamos los principales pasos para mantener nuestras uñas en perfecto estado.
Nunca cortar
Cortar la cutícula, que –como hemos mencionado– es una barrera natural de protección, puede causar varios problemas en las uñas, como puntos y líneas blancas, deformaciones e incluso infecciones. Además, al cortarlas provocamos que se sequen, haciendo que se quiebren con mayor facilidad y aparezcan los padrastros.
Si lo que queremos es darle un mejor aspecto a la uña, para que parezca más larga, es suficiente con empujar la cutícula suavemente hacia la base. Esto no afecta a su crecimiento natural.
Mantener la hidratación
Aunque no vayan a alcanzar la misma suavidad que el resto de la piel, la cutícula también está formada por células epiteliales y tiende a secarse. Empleando productos hidratantes nos aseguramos de que no se agrietará, por ejemplo, con nuestros aceites de cutícula, con cinco variedades.
Además, conviene aplicarnos el aceite o crema de nuestra elección con regularidad durante todo el día, por ejemplo, tras lavarnos las manos y antes de acostarnos.
Evitar los efectos agresivos
De la misma manera que podemos emplear un producto hidratante, también conviene evitar aquellos que provocan la sequedad de la piel. Los artículos de limpieza para lavar la ropa o la vajilla tienen ese efecto, por lo que es preferible emplear guantes para protegernos.
En el caso de la manicura, los quitaesmaltes sin acetona resultan menos agresivos para la piel; y en Nails Factory, todos nuestros productos son ‘5 free’, mucho más seguros.
También pueden encontrarse productos específicos para retirar la cutícula con mayor facilidad, pero hay que emplearlos con precaución, porque pueden afectar a la propia uña. Normalmente basta con humedecer los dedos con agua templada.
En Nails Factory contamos con unos estupendos aceites de cutícula, éstos están disponibles en cualquier de nuestros espacios Nails Factory.