Lo que sea, con tal de atender a las clientas
«Cuando amas lo que haces, las clientas lo notan y vuelven», explica Kristina Ivanova Kulalieva, a quien no le han detenido ni la pandemia, ni una cadena de contrariedades que le tienen cerrado su espacio Nails Factory del centro comercial Plaza Aluche. Había solicitado a la gerencia del mismo su cambio a un emplazamiento con mayor tráfico de público, y cuando éste iba a producirse nos sorprendió a todos la Covid-19.
«Es tal el deseo de volver a ponerse en mis manos y en las de mi equipo, que no han dejado de preguntarme ni un solo día sobre su fecha de reapertura», explica esta búlgara de nacimiento, que llegó a España con siete años, y cuyo espíritu emprendedor la ha llevado, no solo a preparar la vuelta al centro alucheño, que reabrirá en el mes de mayo, sino a inaugurar un segundo espacio Nails Factory, situado a escasos 5-10 minutos en coche. Más concretamente en el centro comercial Ciudad de la Imagen, donde cuenta con un precioso stand con seis puestos de manicura y pedicura.
«Que inauguro este viernes, y que me tiene superilusionada, porque me va a permitir crecer, y no solo atender a mis clientas más fieles, que están deseándolo, sino aumentar el número de nuevas que nos conozcan y quieran repetir». Aunque asegura que no piensa quedarse ahí: «Es tan exhaustiva la búsqueda de posibles ubicaciones que he llevado a cabo, que he visto otros posibles lugares; como Móstoles, que me ha encantado, aunque no he dado aún con el local adecuado», asegura.
Y es que cuando Kristina Ivanova tuvo edad de poner en marcha su propio negocio, probó suerte con una cafetería, primero, y más tarde con un centro de estética. «Pero Nails Factory se me llevaba las clientas, debido a la enorme calidad de sus productos. Así que no me quedó otra que probarlos…», recuerda antes de reconocer que quedó tan impresionada que solicitó inmediatamente su entrada en la cadena. «Me daba lo mismo el emplazamiento, pero quería trabajar para una marca que tiene las cosas tan claras. Es que no se trata solo de la calidad de sus productos, sino de una rutina de servicio que ahorra tiempo sin que ello afecta a la calidad del mismo».
Precisamente, cuando se le pregunta a esta emprendedora por el secreto de que las clientas la sigan a todas partes, menciona el concepto de negocio. «Si la central lo ha pulido durante años, y tú pagas un royalty por explotarlo en tu centro, lo inteligente es seguir al pie de la letra sus pautas. Porque saben lo que hacen y conocen la fórmula para alcanzar el éxito. No en vano, lo han hecho antes en un centenar y medio de espacios de manicura y pedicura».
Kristina Ivanova alaba además el apoyo constante que recibe por parte de la central, y el que la marca esté pendiente de todos y cada uno de los centros de su red, mediante la labor de los supervisores de zona, «que están para indicarte cualquier desvío que te pueda estar perjudicando sin tú saberlo. Porque la formación impartida es fantástica», concluye esta emprendedora, «pero lo importante es que todas trabajemos con los mismos estándares de calidad».